Me llamo Vanessa y me defino como mujer, madre y emprendedora. Se podría decir que formo la santísima Trinidad de la sociedad moderna.
Soy creativa, autodidacta, y por ahí dicen que soy muy autoexigente también. Quizá por eso tengo la triada que antes he mencionado.
De profesión frustrada, Técnica superior en Administración y Finanzas.
De profesión deseada, yo me lo guiso yo me lo como.
Y os preguntaréis cómo he conseguido salirme del camino establecido, ser la oveja negra del rebaño o romper el molde diseñado con tanto cariño desde el sistema educativo marca España.
Lo único que hice fue hacer totalmente lo contrario a lo que la sociedad te lleva a hacer.
Me explico, vivimos un momento en el que nadie se pregunta nada. No tenemos pensamiento crítico. Y lo peor de todo no es dejarnos llevar por esta vorágine, sino haber perdido el sentido de escucharnos a nosotros mismos, de encontrar lo que nos motiva y para lo que cada uno de nosotros hemos nacido.
Y por qué hablo en primera persona?
Porque hace poco tiempo yo estuve ahí, vengo de esa carrera de la rata, de la que con mucho esfuerzo y trabajo interno he logrado desviarme.
Adopté actitudes totalmente contrarias a lo que se "tiene" que hacer.
Rescate del cajón de sastre todas aquellas cosas que me hacían sentir bien y que se me daban bien.
Desde bien pequeña me ha fascinado escribir. Hasta el punto que en el colegio me escogieron para llevarme a concursos y todo. Pero fuera de eso nadie supo encauzar esa habilidad que la naturaleza me dio. Volví a regar la semilla del pensamiento crítico, que poco a poco mientras crecía me arrancaron.
Y no os voy a mentir, porque no es oro todo lo que reluce. No solo me bastó con eso, la vida se encargó de darme hostias una detrás de otra, y gracias a esas tortas y a lo que ya os he comentado, nació lo que soy a día de hoy.
Una cosa sin la otra no hubiese dado el resultado que he alcanzado.
Seguramente si mi vida no se hubiese puesto cabrona, aún estaría anestesiada, persiguiendo las zanahorias que otros eligen ponerme el camino.
Y muchos estaréis pensando, que la vida le da ostias a todo el mundo. Y sí, así es, pero no olvidéis que aún podemos decidir cómo encajamos esos golpes y que hacemos con ellos.
Puedo decir que formo parte de un exclusivo grupo de la sociedad española. Madre Joven Trabajadora, y cuando digo joven, me refiero a que fui madre con 23 años. De ahí a lo de exclusivo grupo, eso dicen los datos de natalidad de este país.
Como he comentado, siempre me han dicho que soy una persona muy autoexigente, por eso no me conforme con ser madre. Seguí mi camino, al menos eso creía.
¿Por qué digo esto?
Spoiler: No era mi camino, era el camino que otros me hicieron creer que era mío.
VANESSA MUÑOZ
El alma de Conciencia Rebelde.
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CARLOS MARTINEZ
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